Los seres vivos están formados principalmente por C
carbono, H hidrógeno, O oxígeno y N nitrógeno, y, en
menor medida, contienen también S azufre y P fósforo junto con
algunos halógenos y metales. De ahí que los compuestos de carbono se conozcan
con el nombre de compuestos
orgánicos (o de los seres vivos). Pero,
cuidado, también hay muchos otros compuestos de carbono que no forman parte de
los seres vivos.
La
parte de la Química que estudia los compuestos del carbono es la Química
Orgánica o
Química del
Carbono, pues este elemento es común a todos los compuestos orgánicos.
La
Química Orgánica es la Química del Carbono. Por compuestos orgánicos
entendemos los compuestos del carbono, excepto los óxidos CO y CO2 y
los
carbonatos que se estudian como compuestos inorgánicos desde siempre. La Química
Orgánica no es sólo la química de los compuestos de los seres vivos, son también
los compuestos derivados del petróleo, del carbón, y los preparados sintéticamente
en el laboratorio.
El número de compuestos orgánicos conocidos (varios millones en la
actualidad) es muy superior al de compuestos inorgánicos, a pesar de ser tan
pocos los elementos que entran en su composición. La razón de este hecho hay
que buscarla en la capacidad que presenta el carbono para combinarse fácilmente
consigo mismo y con otros elementos mediante enlaces covalentes.
La configuración electrónica del carbono es:
[C]=1s2
2s2 2px1 2py1 2pz0
Dada la poca diferencia de energía entre los orbitales 2s y los 2p es fácil
promocionar un electrón 2s a un orbital 2p, obteniéndose la configuración:
[C]=1s2
2s1 2px1 2py1 2pz1
que
permite la formación de cuatro enlaces covalentes por compartición de electrones,
ya sea consigo mismo o con otros elementos, se gana así con creces la energía
antes invertida en promocionar el electrón a un orbital superior.
El
gran número de compuestos orgánicos y la tremenda variedad de sus tamaños y estructuras
hace necesaria una mínima sistematización en su nomenclatura. La IUPAC (Unión Internacional de Química Pura
y Aplicada) diseñó unas normas
que se basan fundamentalmente en la utilización de prefijos que indican el número
de átomos de carbono de las cadenas carbonadas y sufijos para informar sobre la
presencia de los diversos grupos funcionales, que se convierten en prefijos específicos
cuando no actúan como grupo principal en los compuestos polifuncionales.
Veremos más despacio las normas básicas de formulación de las funciones orgánicas
más representativas.
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